LA UNCIÓN EN LA BIBLIA
La unción de la cabeza se deriva de una antigua práctica israelita consistente en coronar a un nuevo rey por medio de verter un frasco de aceite sobre su cabeza. Esta ceremonia implicaba distinguir a alguien como “elegido” o “sagrado”. Y se ungían no solamente a los reyes (1 Sam 16, 13) sino también a los profetas (1 Rey 19, 16) y sacerdotes (Ex 28, 41). Incluso, objetos considerados sagrados, como el altar y los utensilios del Tabernáculo podían ser ungidos (Lev 8, 10). ¿Por qué la acción de verter aceite sobre la cabeza de alguien señalaba la santidad de una persona?
UNA SORPRENDENTE HISTORIA DE ORÍGENES
Curiosamente, la unción de la cabeza de un monarca procedía de una antigua costumbre militar que consistía en “engrasar” el escudo de un soldado antes de la batalla. Así, por ejemplo, lo encontramos en Isaías 21, 5. Los antiguos escudos israelitas estaban formados de un grueso cuero tensado en un marco de madera. Enjabonar el cuero con aceite aportaba más flexibilidad, y esto, a su vez, permitía reducir las posibilidades de que se cuartease, y en consecuencia, era mucho más efectivo para el combate. Por ello, se ungía al rey de Israel del mismo modo que se hacía con el escudo del guerrero, en la esperanza de que éste fuera un flexible y eficaz defensor del pueblo.
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